También como coches de empresa o vehículos comerciales, los Opel eléctricos son socios fiables en la actividad diaria: no producen emisiones, no generan estrés y son muy eficientes. Además, cuentan con importantes ventajas fiscales y financieras. Por ejemplo, la tasa que computa el uso particular de un coche de empresa como retribución en especie se reduce un 30% si se trata de un eléctrico (BEV) o un híbrido enchufable (PHEV) (siempre que el precio del vehículo nuevo, antes de impuestos, no supere los 40.000 €). Por tanto, los empleados y la empresa se benefician de una fiscalidad más baja. Por otra parte, al tener menos componentes sometidos a desgaste, los vehículos eléctricos requieren menor mantenimiento. Esto significa menos tiempo de inactividad, ideal para los operadores de flotas. Por todas estas relevantes razones, las empresas y flotas cada vez cuentan con más vehículos eléctricos.