La marca alemana Opel está desarrollando un sistema de iluminación innovador que utiliza inteligencia artificial para que los vehículos puedan comunicarse de forma visual con otros usuarios de la carretera. La idea es sencilla pero ambiciosa: convertir los faros y las luces del coche en un lenguaje claro y comprensible para peatones, ciclistas y conductores.

Cómo funciona esta tecnología

El sistema integra sensores, cámaras y software de IA capaces de interpretar el entorno en tiempo real. Cuando el vehículo detecta una situación de riesgo o interacción, las luces proyectan señales claras:

• Avisos luminosos al abrir puertas si se acerca un ciclista.

• Cambios de color para indicar a un peatón cuándo es seguro cruzar.

• Patrones específicos para advertir de un obstáculo o posible peligro.

Este tipo de comunicación visual busca complementar el trabajo del conductor y, en un futuro, también de los vehículos autónomos.

Beneficios principales

• Mayor seguridad vial: anticipar riesgos antes de que se produzcan.

• Lenguaje universal: las señales luminosas son fáciles de entender sin importar el idioma.

• Apoyo en conducción autónoma: los coches del futuro necesitarán formas de “dialogar” con su entorno.

Retos por resolver

Aunque la propuesta es prometedora, existen desafíos importantes:

• Estandarización: los colores y patrones deben ser reconocidos de manera uniforme en todos los países.

• Condiciones climáticas: lluvia, niebla o suciedad pueden reducir la visibilidad de las señales.

• Regulación: será necesario adaptar la normativa de tráfico para incorporar este tipo de sistemas.

Mirando hacia el futuro

Opel se suma a otras marcas que investigan la comunicación mediante iluminación, pero su propuesta destaca por el uso de inteligencia artificial para decidir en qué momento y de qué forma emitir las señales. Con este avance, la compañía refuerza su apuesta por la seguridad activa y abre el camino hacia una conducción más intuitiva, conectada y confiable.