¿Qué mantenimiento tiene un Vehículo Eléctrico?

  1. Motor eléctrico, mucho más simple

 

No podemos referirnos a los motores eléctricos como una tecnología innovadora en el automóvil, pues algunos de los primeros vehículos que se construyeron estaban movidos por este tipo de propulsores. Y es que fue en 1880 cuando comenzaron a aparecer las primeras baterías recargables y los primeros vehículos eléctricos.

Pero la electromovilidad entra en una nueva era y se abre una amplia oferta de opciones para los conductores, con numerosos modelos en diferentes segmentos, tamaños, potencias y autonomía, con coches más asequibles o exclusivos. Ahí sí que podemos hablar de una nueva tecnología, desconocida para la mayoría, lo que supone cierta reticencia a la hora de adquirir un vehículo de estas características.

Pero la realidad es que el motor de combustión interna tiene mucha más complejidad, con piezas sometidas a un mayor rozamiento, desgaste y a temperaturas mucho más elevadas, con numerosos circuitos internos. Piezas que requieren sistemas específicos para su engrase, refrigeración, encendido, con la complejidad de la combustión y la expulsión de los gases.

Por el contrario, el sistema eléctrico básicamente está constituido por un rotor, un estátor, un soporte, cojinetes y unas tapas de cierre, además de la batería que lo alimenta. Piezas, la mayoría, que no están sujetas a desgaste ni sometidas a temperaturas elevadas.

Esto supone que el mantenimiento de un coche eléctrico sea mucho más básico, sin necesidad de apoyarse en otros sistemas periféricos para completar su funcionamiento.

El coche eléctrico necesita un mantenimiento y un número de revisiones menor, estando expuesto a menos averías y de menor complejidad. No necesita los habituales cambios de aceite, líquidos refrigerantes, filtros o bujías. Ni es necesario cambiar el fluido hidráulico de su sistema de transmisión, pues prescinde de cajas de cambios, utilizando un sencillo sistema de engranajes a través del que transmite el par a las ruedas. Cuenta con una marcha fija, maniobrando hacia atrás simplemente invirtiendo la polaridad del motor eléctrico.

 

  1. Revisiones y sustituciones

 

Las revisiones de un vehículo eléctrico se centran básicamente en comprobar el estado de los componentes, que trabajan con tensiones muy superiores a los coches de combustión, de hasta 400 voltios. Hay que vigilar que los componentes se mantienen en un estado adecuado, revisando el aislamiento y contacto de los cables, motores y baterías.

También hay que sustituir periódicamente el líquido refrigerante de las baterías para que se mantengan a la temperatura adecuada y vigilar el estado de la habitual de 12 voltios, la misma de los coches con motor de combustión. Como en éstos, su mantenimiento será el habitual, comprobando la carga y teniendo limpios los bornes y bien sujetos, mirando que no haya cortes en el cableado.

Por ello, a modo general, podemos decir que el mantenimiento de un coche eléctrico es un 30 % más barato que el de un coche diésel o gasolina. Mantenimiento que de momento conviene realizar en talleres oficiales del fabricante, variando el precio según la marca. Porque aunque ya están surgiendo talleres especializados en el vehículo eléctrico, mientras su demanda no se haga extensiva no todos cuentan con la maquinaria precisa para el mantenimiento y reparación adecuados.

Como ocurre con los coches diésel y gasolina, las pautas de mantenimiento específico en un coche eléctrico están programadas por el propio fabricante.

Back to top
LLÁMANOS -948 693 196-